Algunos dicen que es cuestión de horas que el río Magdalena se desborde e inunde al corregimiento de Barranca Vieja, jurisdicción del municipio de Calamar, en el departamento de Bolívar, motivo por el cual sus habitantes duermen prácticamente con un ojo abierto y el otro cerrado para evitar ser sorprendidos por lo que parece ser inevitable.
La historia para la gente de este pueblo es repetitiva cada año en temporada invernal. Los habitantes de Barranca Vieja dicen sentirse en el olvido no solo por la administración municipal y departamental, sino también por el Gobierno Nacional, eso sí en época de elecciones los politiqueros de oficio siempre abundan vendiéndoles castillos en el aire para solucionar la amenaza de desbordamiento del río Magdalena.
Llegó el Fenómeno de La Niña y para los habitantes de ese corregimiento de aproximadamente tres mil personas, en su mayoría afrodescendientes, eso significó vivir en angustia y zozobra permanente.
En diálogo con noticaribe.co, Erlinda Navarro, habitante de Barranca Vieja, aseguró que la situación de los vecinos del barrio Canta Rana es literalmente horrible. «En cualquier momento, el río se va a llevar nuestro barrio, hace dos días la alcaldesa de Calamar, Yelitza Castellar, nos visitó y la respuesta que nos dio fue que el municipio no tiene recursos para solucionar la problemática, hace cuatro meses estuvimos en su despacho y nunca nos prestó atención», manifestó la mujer.
Otros vecinos se plegaron al clamor de Erlinda Navarro y coincidieron al manifestar que se encuentran preocupados por esta situación. «En cualquier momento el río Magdalena se nos va a meter al pueblo, esto se ha podido evitar desde hace rato pero las autoridades no han prestado la debida atención. Les hacemos un llamado al gobernador de Bolívar y al presidente de la República porque aquí en este corregimiento puede ocurrir una tragedia de grandes proporciones», dijeron en términos generales los vecinos del barrio Canta Rana.
Tristes recuerdos
De acuerdo con Erlinda Navarro la gente de Barranca Vieja ha perdido la paz y se sienten en el más completo olvido por parte de las autoridades municipales, departamentales y nacionales. «Hay noches en las que no dormimos nada por los deslizamientos que se están presentando en la orilla del río, la muralla se está derrumbando poco a poco, no queremos ni pensar que ocurra lo que se registró en el 2010, que a las 12:00 de la medianoche del 4 de diciembre, el río se metió al pueblo y muchas familias perdieron todo lo que tenían. Eso pasó por negligencia de la administración municipal de ese entonces», precisó Navarro.
Acostumbrados a los desbordamientos del caudal, sus habitantes recurrieron en esa oportunidad al mecanismo de advertencia y entre todos atrincheraron este corregimiento de Calamar. Pero esa vez los sacos de arena no lograron evitar que las aguas se apoderaran del territorio que hace más de 200 años fue recorrido a caballo por El libertador Simón Bolívar. De hecho, hasta el mismo monumento del prócer quedó entre el agua aquel 4 de diciembre de 2010.
Lo que dice la alcaldesa
Este medio contactó a la alcaldesa de Calamar, Yelitza Castellar Ruiz, quien aseguró que como administración están elevando un SOS al Gobierno Nacional por la difícil situación que está enfrentando el corregimiento de Barranca Vieja. «Realmente no estábamos preparados para recibir al Fenómeno de La Niña, este pueblo, que fue el primer punto de conexión de la Bahía de Cartagena con el río Magdalena, hoy se encuentra con la incertidumbre de un desbordamiento debido a que la erosión, cada vez más, se está llevando tramos del muro de contención», explicó la burgomaestre.
Reconoce que Barranca Vieja, en estos momentos está en el aire, en las manos de Dios, y que existe un gran peligro de inundación. «Declaramos la emergencia, instalamos un Puesto de Mando Unificado en ese corregimiento y expusimos este punto crítico al director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y Desastres, UNGRD, sin embargo a la fecha no hemos recibido atención por parte del Gobierno Nacional», subrayó la alcaldesa Castellar Ruiz.
Fue enfática al señalar que su administración está en construcción de un proyecto para poder mitigar esa situación en Barranca Vieja.
«La verdad es que esto no da espera, por ello estamos elevando un clamor al Gobierno Nacional para que nos apoye, debido a que el presupuesto que tenemos no es suficiente para atender esta problemática que pone en riesgo a una comunidad de aproximadamente tres mil personas, afrodescendientes que ya han sufrido bastante por la violencia y que hoy viven en la zozobra de ver perder lo poco que han construido con esfuerzo y muchos sacrificios», puntualizó Yelitza Castellar Ruiz.
Y mientras las autoridades municipales, departamentales y nacionales actúan enviándoles la tan anhelada ayuda, los vecinos de Barranca Vieja viven una pesadilla que no parece tener fin. En el pueblo se respira un ambiente de tensión, muchos tienen todo a la mano para salir corriendo en caso de que ese río, que es factor de vida para ellos, se convierta también en un elemento de muerte y destrucción por la negligencia y desidia de administraciones pasadas.