Como una forma de seguir adelante y ayudar a su familia, el joven caucasiano Freddy David Robles Romero decidió hace diez años ingresar a las filas del Ejército Nacional. Lo hizo con mucho entusiasmo y gran vocación de servicio. Poco a poco, con mucha disciplina y pundonor, este joven, de 29 años, fue ascendiendo en las filas castrenses hasta llegar al rango de cabo segundo.
Cumpliendo con su misión de soldado, Robles Romero estaba en una escuadra de militares realizando labores de control en la convulsionada zona rural del municipio de Anorí, Antioquia. Se encontraba al frente de ese grupo cuando en la mañana de este jueves 21 de noviembre fueron atacados con explosivos artesanales por guerrilleros del ELN. El saldo fatal de ese ataque terrorista fue de cinco militares muertos y cuatro heridos.
La noticia del ataque subversivo fue confirmada por el ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien condenó y lamentó el hecho, y con el transcurrir de las horas se fueron conociendo más detalles. Ayda Romero, madre del suboficial Freddy David Robles, estaba sirviéndole el desayuno a su esposo cuando una llamada a su celular le dio la infausta noticia: su hijo, el cabo segundo Robles Romero, había muerto.
Al prinicipio se negaba a creerlo, incluso llegó a pensar que se trataba de una broma pesada, pero después el resto de la familia confirmaron la muerte del joven caucasiano. El joven estaba adscrito al Batallón Bomboná del Ejército Nacional.
El cadáver del suboficial será trasladado en las próximas horas al municipio de Caucasia, previo el cumplimiento de una serie de protocolos. El Ejército le rendirá homenajes póstumos y sus exequias se cumplirán en su tierra natal. Como es lógico, su familia y amigos están sumidos en un profundo dolor y solo piden que se haga justicia.
