Donald Trump ha hecho historia como el primer expresidente de los Estados Unidos en ser condenado penalmente y reelegido en medio de una serie de cargos judiciales que incluyen múltiples acusaciones de fraude empresarial, manipulación de registros comerciales y presunto mal manejo de fondos para influir en resultados electorales.
En uno de sus casos más emblemáticos, Trump enfrenta 34 cargos en Nueva York relacionados con la falsificación de registros empresariales en un intento de encubrir pagos ilícitos para silenciar a personas en la campaña de 2016. Cada cargo conlleva una posible pena de hasta cuatro años de prisión. Sin embargo, su equipo de abogados planea apelar la sentencia, lo que podría posponer una condena definitiva por varios años.
La condena se relaciona explícitamente con el caso de Stormy Daniels, una actriz de cine para adultos con la que mantuvo relaciones sexuales en 2006. Más adelante, en 2016, en pleno apogeo de su campaña presidencial, el equipo de Trump trabajó para mantener esta supuesta relación en secreto mediante un pago de 130.000 dólares, realizado por su abogado personal de entonces, Michael Cohen.
El objetivo del pago era evitar que Daniels hiciera pública la historia y potencialmente perjudicara sus posibilidades de ganar las elecciones. Posteriormente, Cohen confesó que el dinero fue un pago ilegal destinado a influir en la campaña de Trump y que fue reembolsado a través de la Organización Trump, con registros contables falsificados para ocultar la transacción.