Uno de los cuerpos de agua más importantes del norte del país es la Ciénaga de Zapatosa, ubicada entre los municipios de Chimichagua, Tamalameque (Cesar) y El Banco (Magdalena). Está formada por el río Cesar unos pocos kilómetros antes de su desembocadura y pertenece a la zona conocida como la Depresión Momposina, además de ser un eje dinamizador de la economía piscícola de las poblaciones que están en sus alrededores.

Sin embargo, la Ciénaga de Zapatosa se encuentra amenazada por una problemática ambiental derivada de la contaminación y la escasez de peces que pone en riesgo la vida de los pescadores, tal como se evidencia a la altura de la población de Saloa, un corregimiento situado en la zona oriental del referido cuerpo de agua.
Hasta esa zona del país llegó Adriana Cadena Cancino, aspirante a una curul del Senado de la República, con la finalidad de hablar con los pescadores y escuchar sus necesidades, preocupaciones e inquietudes.
«Desde la majestuosa Ciénaga de Zapatosa, en Chimichagua, compartimos con los pescadores artesanales que mantienen viva esta riqueza natural. Este lugar, donde confluyen el río Magdalena y el río Cesar, nos recuerda el valor de nuestros territorios y la importancia de crear más oportunidades para las familias cesarenses. En Saloa,por ejemplo, la contaminación y la escasez de peces ponen en riesgo la vida de los pescadores. Ha llegado el momento de proteger la ciénaga y devolver esperanza a quienes dependen de ella», sacó como conclusión la doctora Cadena Cancino tras interactuar con miembros de la comunidad.
Alfonso López, uno de los líderes de los pescadores artesanales de Chimichagua, manifestó que «preocupa la situación de la Ciénaga de Zapatosa en relación con un dragado que le iban a hacer al río Magdalena porque por la Boca del Cesar se nos iba a ir la ciénaga, pero Dios es grande y sabe hacer las cosas: se produjo un sistema de control hidráulico dentro de la ciénaga y el río. Algo asombroso de la naturaleza, pero sino nos paramos firmes hubiese ocurrido algo catastrófico en nuestro ecosistema».
No más corrupción
De acuerdo con Adriana Cadena Cancino, Defensora de los asuntos sociales, productivos y ambientales de Colombia, «la contaminación de nuestra riqueza hídrica es muy grave. Es muy triste ver cómo en todas las ciénagas, ríos y mares se vierten las aguas negras de todos los municipios y ciudades. Nos está matando la falta de gestión, la corrupción y la falta de interés político. Hay que decirle no más a los corruptos que compran votos y se enriquecen a un costo muy alto de la sociedad».
En un análisis de la situación que palpó en la zona rural de Chimichagua, especialmente en el corregimiento de Saloa, la dirigente no duda al decir que «el dolor de los pescadores de esa población es la contaminación que llega a la Ciénaga de Zapatosa y la escasez de peces que cada día golpea con más fuerza. Ellos dependen de un recurso que se agota y sienten que su esfuerzo ya no alcanza».
Ante este panorama, la doctora Cadena Cancino considera que se requiere impulsar soluciones sostenibles que protejan la Ciénaga de Zapatosa y fortalezcan a quienes dependan de ella.
En Zapatí
Su interés de conocer más a fondo y de primera mano la problemática de los pescadores del departamento del Cesar, llevó a Cadena Cancino a visitar el corregimiento de Zapatí, jurisdicción de Chimichagua.
«Escuchar a los pescadores de Zapatí me permitió entender que su lucha no es aislada, sino que forma parte de la crisis que enfrenta toda la Ciénaga de Zapatosa. Esto me inspira a seguir buscando soluciones que devuelvan la esperanza y fortalezcan su forma de vida», precisó la aspirante al Senado de la República en un encuentro con la comunidad de ese corregimiento del Cesar.

Como conclusión hay que destacar, tal como lo hace Cadena Cancino, que la situación de la Ciénaga de Zapatosa es dramática y grave, los recursos pesqueros están muy escasos. «Allí no hay apoyo ni inversión social de ninguna clase, la ciénaga está llena de tarulla que cubre el agua y no deja navegar a las canoas. Por eso los pescadores buscan otras formas de subsistir. Una de ellas es la recolección de la «uva lata», que nace de manera natural, pero ahora los terratenientes se han dado a la tarea de talar esos terrenos, causándole un grave perjuicio a la comunidad», señaló.
