El presidente Gustavo Petro cerró la posibilidad de encontrar una salida negociada a los diálogos con la guerrilla del ELN. El mandatario se levantó de la mesa después del ataque de los subversivos a una guarnición oficial que dejó dos uniformados muertos.
“Esta es una acción que prácticamente cierra el proceso de paz”, dijo el presidente Petro con relación al ataque, atribuido a esa guerrilla, que dejó dos soldados muertos y 25 más que resultaron heridos.
El atentado terrorista se registró en la mañana de este 17 de septiembre en jurisdicción del corregimiento de Puerto Jordán (Arauca). Desde una volqueta, cargada de tatucos, los ilegales atacaron la base militar.
“Esto es como un eterno devenir, silenciar una parte del pueblo, seguir en guerras y matándonos entre nosotros una y otra vez: como si esa fuera nuestra historia”, añadió el presidente Petro.
Las conversaciones con esta guerrilla estaban casi muertas. Desde el pasado 11 de abril permanecían congeladas y, pese a los llamados del Gobierno y de los mediadores de retomar el diálogo, los ilegales pedían concesiones –difíciles de cumplir– para volver a sentarse en la mesa.
La última pretensión de los armados ilegales era que el Gobierno los excluyera de la lista de Grupos Armados Organizados. Una decisión del Ejecutivo en ese sentido implicaría, cuando menos, que la Fuerza Pública dejara en un segundo plano los operativos contra esa guerrilla.
Ante las negativas del Gobierno, los ilegales siempre amenazaron con levantarse de la mesa y activar el conflicto en las zonas donde hacen presencia (ver gráfico). En agosto pasado mostraron los dientes cuando el Frente de Guerra Occidental decretó un paro armado que tuvo confinadas a 50.000 personas durante nueve días en Chocó.