Cerca de cinco meses después de la extraña desaparición del sacerdote Darío Valencia Uribe en Pereira, este martes 17 septiembre se habría confirmado que fue asesinado y que sus restos están en un lugar desconocido en el departamento de Caldas.
Según el periódico El Diario, el fiscal especializado y el investigador del Gaula de la Policía Nacional que viajaron desde el domingo 8 de septiembre a París, Francia, para hablar con Julián Eduardo Cifuentes, el principal sospechoso del crimen, obtuvieron la confesión por parte de este.
Cifuentes fue trasladado desde la prisión de Fresnes hasta el Tribunal de Créteil en Francia, una ciudad cercana a París, donde se reunió con el fiscal y el agente del Gaula para realizar la diligencia judicial.
A su regreso a Pereira, además de la declaración de Cifuentes Gómez, trajeron las coordenadas del sitio donde podría estar el cuerpo del padre. Hacia esa zona se habría desplazado una comisión para buscar los restos.
Cifuentes viajó a París días después de que se reportó la desaparición del sacerdote y el 30 de abril fue capturado luego de que la Interpol emitió una circular roja en su contra.
Cerca de cinco meses después confesó que asesinó al padre Valencia con cuatros disparos y que ocultó su cuerpo en una zona boscosa.
Se espera que en las próximas horas, las autoridades den detalles de la búsqueda de los restos del religioso.
El sacerdote de 59 años y nacido en Risaralda (Caldas), desapareció el 25 de abril pasado cuando fue visto por última vez con un hombre, comisionista de vehículos y escolta, con quien realizaría la venta de una camioneta de su propiedad.
Sin embargo, cerca de cinco meses después de haber sido capturado, el principal sospechoso podría estar en libertad mientras se resuelve la solicitud de su extradición.
Hace dos meses se estableció que las autoridades francesas lo tendrían ubicado, sabrían donde vive y, quizás, este tendría que presentarse periódicamente, pero no estaría tras las rejas. Ese hombre fue con quien el sacerdote fue visto por última vez, en un video de una cámara de seguridad, cuando partieron en el carro del religioso con rumbo desconocido. Según lo que el padre Valencia le dijo a su mamá el 25 de abril pasado, con ese sujeto iba a concretar la venta de su carro particular, una camioneta Nissan Frontier.
El vehículo fue encontrado abandonado días después en un lavadero de carros en el municipio de Viterbo (Caldas), con rastros de sangre, un orificio de una bala en el tablero, casquillos y sin la silla trasera.
Desde el 25 de abril pasado el obispo de Pereira, monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, no ha dejado de preguntarle a las autoridades por la búsqueda del padre Valencia. Dos meses después reiteró esa solicitud y le pidió a los feligreses orar para que haya una pronta noticia de uno de sus sacerdotes.