La ambición y codicia parecen no tener límites entre inescrupulosos e impostores que buscan invadir tierras privadas para obtener lucros personales. Tal es el caso de un sujeto que ha querido pescar en río revuelto aprovechando la cercanía de unos terrenos donde funciona desde hace años una iglesia a la hacienda Santa Helena, en Caucasia, Antioquia, lugar donde se levanta la invasión más grande de Colombia y una de las mayores de Latinoamérica.
Sin embargo, gracias a la valentía de un sacerdote y al apoyo de las autoridades policiales y la feligresía, los planes del sujeto se fueron al traste. La historia, conocida por noticaribe.co es la siguiente:
Desde el año 2018, la Prelatura Apostólica Corpus Christi en Colombia, con personería jurídica eclesiástica especial Nro. 1423 del 18 de septiembre de 2017, viene haciendo uso en misión evangelizadora de un terreno situado al norte de la Hacienda Santa Helena, invadida desde hace cuatro meses por más de siete mil familias.
El sacerdote Carlos Mario Gallego Duque fue asignado por la Prelatura Apostólica Corpus Christi de Colombia a realizar misión evangelizadora en Caucasia, y su lugar de estadía es ese terreno donde convive con una familia que lo ayuda en las labores de mantenimiento, y gracias a su gestión hoy funciona allí la iglesia Camino a la Morenita, lugar donde se congregan decenas de feligreses para escuchar la palabra de Dios y participar de los grupos de oraciones y la sagrada eucaristía.
A pesar de la cercanía con la invasión que se registra en la Hacienda Santa Helena, todo marchaba bien, con algo de tensión, pero nada extraordinario. Incluso, varias personas que tienen lotes en ese asentamiento humano, asisten a los actos litúrgicos en la iglesia Camino a la Morenita, donde el padre Carlos Mario los ha acogido y les ha brindado apoyo y asesoría espiritual.
Nefasto personaje
Hace dos semanas, la tensa calma que reinaba en la referida iglesia se quebró con la aparición de un nefasto personaje identificado como Hernán Darío Orozco Sánchez, quien se presentó ante el padre Carlos Mario diciendo que era director de un observatorio a la gestión pública en Colombia y a la vez coordinador de la Red Integral de las Veedurías Colombianas, Rivecol.
Ni corto ni perezoso, el referido sujeto, a quienes muchos en Caucasia aseguran que se trata de un impostor llegado de Medellín, le exigió al sacerdote, sin mostrar ninguna identificación ni documentos legales, que le diera diez hectáreas de tierra de las trece en donde el padre realiza su misión sacerdotal. El hombre le aseguró al presbítero que allí iba a construir supuestamente una escuela y unos huertos que serían manejados por un grupo de familias.
«Lo que este hombre pretendía era invadir los predios desde donde realizamos nuestra misión sacerdotal Camino a la Morenita. Esta tierra fue entregada a nuestra misión por el doctor Farid Henao, director de los Politécnicos Ciandco de Colombia. En estas tierras estamos desarrollando una serie de proyectos, tales como un galpón de gallinas ponedoras, pollos de engorde, criadero de cerdos, cultivos de plátano, yuca, maíz y huerta casera, asesorados por personal técnico de la Umata de Caucasia», explica el padre Carlos Mario.
Destaca el sacerdote que ya llevan seis años ininterrumpidos con la misión, y realizan el mantenimiento de dicha propiedad con la reestructuración de la casa y sus alrededores, «es decir tenemos una sana posesión de las trece hectáreas asignadas por el Politécnico de Caucasia en un ambiente de paz y sana convivencia», subraya el religioso.
Las amenazas
Debido a que el padre Carlos Mario Gallego Duque se opuso desde un principio a las pretensiones de Hernán Darío Orozco Sánchez, este le dijo que iba a tomar posesión de diez hectáreas de tierra a las buenas o a las malas. Y en efecto el sujeto cumplió con su palabra, pues el domingo 4 de agosto, en horas de la mañana, irrumpió con un grupo de personas y una máquina retroexcavadora al predio con la intención de invadirlo.
El sacerdote y la familia que convive con él en la casa llamaron a las autoridades policiales de Caucasia, quienes hicieron presencia en el lugar para persuadir a los invasores liderados por Orozco Sánchez a que salieran de esos predios privados. Al cabo de discusiones, falsos argumentos y amenazas de volver, el hombre se retiró con el grupo de personas, a quienes, supuestamente, les exigió cien mil pesos por lote para que pudieran construir sus casas. Aseguran que fueron más de 40 las personas que le dieron al tipo esa suma de dinero, más o menos unos cuatro millones de pesos.
El caso picó y se extendió cuando a las 6:30 de la mañana del miércoles festivo 7 de agosto, aparecieron nuevamente cerca de 60 invasores liderados por Hernán Darío Orozco, quien ya había proferido amenazas contra el padre Carlos Mario y la familia que lo acompaña si no les entregaba las diez hectáreas de terreno. Es decir, el sujeto estaba dispuesto a meterse a la brava al predio donde se levanta una casa de Dios, en claro irrespeto al Todopoderoso.
Ocurrió algo inesperado
Sin embargo ocurrió algo sorpresivo e inesperado. Sin que nadie lo llamara, al lugar llegó un hombre joven, en una motocicleta de alto cilindraje, que sostuvo una breve pero fuerte conversación con el grupo de invasores, entre ellos su líder Orozco Sánchez. Personas que estaban cerca al sitio aseguran que el misterioso hombre les exigió categóricamente que salieran inmediatamente del lugar porque esos eran terrenos privados de una comunidad religiosa, y a Hernán Darío Orozco Sánchez le dio un ultimátum para que ese mismo día les regresara a las familias los cien mil pesos que les había quitado bajo engaños. Hasta la fecha no se sabe si ya lo hizo.
Tras escuchar al hombre de la moto, sobre quien se han tejido una serie de rumores que circulan por la invasión Santa Helena, todos pusieron pies en polvorosa, entre ellos Orozco Sánchez, a quien no se le ha vuelto a ver la cara por esos predios que pretendía invadir.
No obstante, el padre Carlos Mario Gallego Duque instauró en contra de él una denuncia penal en la Fiscalía de Caucasia por los presuntos delitos de amenazas, constreñimiento ilegal, perturbación a posesión sobre inmueble e instigación a delinquir.
En la denuncia impetrada contra este sujeto, el padre Carlos Mario dice temer por su vida e integridad física así como las de los integrantes de la familia que lo acompaña en el predio. «Anexo en esta denuncia un video donde aparece el señor Hernán Darío Orozco Sánchez haciéndome sus exigencias de entrega de las tierras, y una fotografía donde se ve a este hombre portando un arma de fuego de largo alcance porque, al parecer, fue combatiente de las FARC», se lee en la denuncia.
El caso ya está en manos de la Fiscalía de Caucasia, y el presbítero Carlos Mario Gallego Duque, la familia que lo acompaña y la feligresía de la iglesia Camino a la Morenita esperan que se haga justicia.