El hombre, quien es productor y fotógrafo, fue denunciado por Gabriela Marbella González de haberla abusado sexualmente en una finca de Copacabana, a donde la citó para un asunto laboral.

Tras conocerse la denuncia de la modelo Gabriela Marbella González sobre el presunto abuso sexual del que fue víctima de parte del fotógrafo y productor estadounidense Jesse Allen Stream, el alcalde Federico Gutiérrez informó este viernes 4 de octubre que ya se emitió una orden de captura en contra del extranjero por acceso carnal violento.

“Es muy importante que se haga justicia, el respaldo completo justamente a Gabriela, que tomó la decisión de denunciar su caso con las autoridades y por las redes sociales”, dijo el mandatario local, quien agregó que Interpol emitió una circular azul para capturar al hombre donde sea que se encuentre. Según Gutiérrez, la semana pasada se creía que el extranjero estaba en Panamá y dijo que Migración Colombia debe aportar en las labores para determinar donde se encuentra y se haga justicia.

La denuncia de la modelo salió a la luz el pasado 25 de septiembre, cuando recurrió a sus redes sociales para relatar los hechos por medio de un video, luego de que indicara que las autoridades tenían el caso casi paralizado y que no había avances en la investigación.

Marbella contó que la violencia sexual que denuncia que cometió el productor en su contra se presentó en agosto pasado, en una finca de Copacabana, norte del Valle de Aburrá, a donde la convocaron por cuestiones de trabajo. Según la versión de la joven, cuando estaba en la habitación que le asignaron para dormir, el estadounidense ingresó y allí la habría violentado, no solo con el abuso sexual, sino también con golpes.

La modelo contó que logró salir de la finca, donde el presunto agresor la habría intimidado tras el abuso sexual diciéndole que no saldría viva de allí. Desde el mismo momento en el que logró escapar, Marbella presentó la denuncia por presunto abuso sexual ante la Fiscalía en el búnker de Caribe. Además, tuvo que ser ingresada de urgencias en la Clínica de Las Américas para ser atendida por las graves secuelas que le dejó el ataque.

Allí se activó el código fucsia que permitió recoger todo el material probatorio. Además, tuvo que pasar cinco días hospitalizada, incluso con tratamiento psicológico por el trauma del incidente. “Mi cuerpo estaba golpeado por todas partes, yo tenía que estar dopada por el dolor físico. Pero el dolor del alma no se me ha quitado”, dijo la mujer cuando relató los hechos por primera vez