El presidente Gustavo Petro invitó al expresidente Álvaro Uribe a declarar junto con él en un eventual tribunal de cierre de paz en el país para que se establezca la «verdad judicial» del conflicto y se dé el «perdón social».
Esto luego de que Uribe le respondiera el pasado miércoles al mandatario tras el respaldo que dio a la versión que del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso en una reciente entrevista sobre cómo fue perpetrada la masacre en El Aro en octubre de 1997, asegurando que un helicóptero de la Gobernación de Antioquia, en ese momento encabezada por el hoy líder del Centro Democrático, sobrevoló el corregimiento durante la matanza. Petro afirmó que había denunciado tal hecho en un debate de control político en 2007, cuando Uribe Vélez era el presidente de la República.
«Señor expresidente Uribe. No puedo censurar mi propio debate sobre el paramilitarismo en Antioquia del año 2007, en donde mostré a la ciudadanía los indicios que encontré de la masacre del Aro y otras masacres. Le admito que como todo debate parlamentario tiene el beneficio de la duda y que lo que debe buscarse es la verdad judicial. Nunca conocí al señor Mancuso pero debo afirmar que al menos tiene razón en su petición de cesar la colaboración con la guerra y comenzar la colaboración con la paz. Esa invitación es extensiva a toda la sociedad colombiana», dijo el presidente.
Agregó Petro: «Usted respondió mi debate en una rueda de prensa el 19 de abril del 2007. Esa rueda de prensa inició lo que se llamó el ‘caso de las chuzadas del DAS’ del que fui víctima con mi familia según sentencia del Consejo de Estado».
Y concluyó: «A mí no me interesa la venganza. Creo como se acordó que debe existir un tribunal de cierre de la verdad judicial, donde toda persona que se incrimine: guerrillero, militar, paramilitar o civil haya sido funcionario público o no, ahora llamados terceros, pueda declarar y establecer la verdad judicial. Ese tribunal debería ser la JEP tal como el Estado colombiano se comprometió mediante declaración unilateral de estado ante la humanidad. Tenga la seguridad que un proceso así nos llevaría no a la venganza, sino a un gran proceso de perdón social que convocara a Colombia a una verdadera era de paz. Usted y yo podemos colaborar en este proceso que cambiaría la historia del país para bien de nuestros hijos y nietos y los de toda la sociedad colombiana».
