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Las certeras reflexiones de Carlos Vives por las transformaciones negativas que ha tenido el fútbol

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Los desmanes que causaron algunos hinchas en la final de la Copa América, disputada el pasado domingo 14 de julio entre Argentina y Colombia en el Hard Rock Stadium de Miami, han generado un debate constante en redes sociales sobre cómo se debe afrontar el fútbol y lo que significa como reflejo de la sociedad.

A propósito de estos acontecimientos y de los debates o discusiones, más allá de buscar culpables, el cantante Carlos Vives se atrevió a reflexionar al respecto, asegurando que para él el fútbol se ha deformado en relación a cómo fue su origen o la intención final de esta disciplina.

En un hilo en su cuenta de X, el samario publicó lo que él cree que se esconde detrás de la violencia en el fútbol, además de la arrogancia con la que se afronta un triunfo o una derrota.

«¿Cuándo deformamos la cultura del fútbol? Yo no soy el más experto en el fútbol, ni en las estadísticas, pero lo he jugado desde muy niño, en el colegio, en la universidad, con mis amigos. Para mí, el fútbol siempre fue fraternidad y era la mejor manera de hacer amigos. ¿En qué momento cambiamos la cultura del fútbol? El fútbol era la antítesis de la Torre de Babel, podíamos querernos y entendernos sin hablar la misma lengua», se lee en la primera parte del hilo.

Agregó: «Podíamos abrazarnos de manera sincera con alguien que no conocíamos y sentir confianza porque el fútbol nos unía. Mis héroes de niño fueron casi todos del fútbol y nunca celebraron humillando al contrario. Nunca vi a mis amigos y a mi familia mostrarse arrogantes ante el triunfo; todo lo contrario, me enseñaron a sentir compasión por el perdedor».

Vives también reflexiona comparando con otras sociedades a nivel mundial y aseverando que en este deporte el espíritu de competencia pasó a convertirse en violencia.

«En las culturas orientales el ganador lloraba con el perdedor, aplacando de esa manera el ego innecesario. Hemos deformado la cultura del fútbol para esconder nuestros complejos de inferioridad y la vida siempre te cobra la arrogancia y el desatino. No voy con tanta frecuencia a los estadios, pero siento que se ha perdido la vida familiar en ellos y el espíritu de competencia muchas veces se degrada para convertirse en violencia; nada más lejano a la sensación de jugar, nada más lejano al concepto de juego, que deberíamos recuperar», trinó.

«Me produce una inmensa ternura ver a los hombres y mujeres de nuestra Selección Colombia. Ellos son la gente que representa el lugar que escogí para nacer y para vivir. No se merecen seguidores tan destemplados, ni representan este monstruo de cultura en la que hemos convertido el fútbol. El fútbol tiene un origen humilde y, cuando eso se pierde, ya no estamos hablando de fútbol», añadió.

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