El ministro de Defensa, Iván Velásquez, y el comandante del Ejército, general Luis Emilio Cardozo, reconocieron la responsabilidad del Estado en las ejecuciones extrajudiciales y la omisión de las instituciones para investigar y sancionar a los responsables.
A ellos les mancillaron el nombre y la dignidad. Los tildaron de guerrilleros y delincuentes. Los asesinaron y los condenaron a dejar muy pronto a sus seres queridos que aún lloran su ausencia. Algunos siguen desaparecidos. Todos eran civiles inocentes. Todos tuvieron como verdugo a agentes de una fuerza pública que se supone debía protegerlos. Por cada uno de ellos, 35 víctimas de falsos positivos en Antioquia, el Estado colombiano reconoció su responsabilidad y pidió perdón este miércoles 14 de agosto.
El acto, ordenado en sentencias de jueces de la República como una forma de reparación a las familias de las víctimas, tuvo lugar desde las 9:00 a.m. en el Museo Casa de la Memoria de Medellín y fue presidido por el ministro de Defensa Iván Velásquez y el comandante del Ejército, general Luis Emilio Cardozo. Allí, uno por uno fueron nombrados; y sus rostros, inmortalizados en fotografías, algunas las últimas que les tomaron, estaban plasmados en camisetas, cuadros y pantallas, con la convicción de honrar su memoria.
Madres, padres, esposas, hermanos, hijos y sobrinos lloraron silenciosos; alzaron su voz para contar la historia tantas veces repetida, en muchas ocasiones ante la indiferencia y la desidia de las instituciones del país; hablaron de sanación, pero también de la imposibilidad de perdonar lo que han vivido; hicieron un llamado para que hechos así no se vuelvan a repetir y para que las indemnizaciones que aún no les ha pagado a muchas familias lleguen pronto.