El Papa Francisco abrazó este sábado a un israelí y un palestino que han perdido familiares en la actual guerra, que tachó de «derrota histórica», durante un acto por la paz en la ciudad italiana de Verona.
El pontífice argentino reunió a unas 12.500 personas en el famoso anfiteatro romano veronés, la Arena, en un evento sobre la paz en el que, entre otras cuestiones, abordó la guerra en la Franja de Gaza e Israel tras el ataque de los islamistas de Hamás del 7 de octubre.
Entre los testimonios escuchados, destacó el caso del israelí Maoz Inon, que perdió a sus padres a manos de Hamás, y el del palestino Aziz Sarah, cuyo hermano fue asesinado por las tropas de Israel.
Ambos hablaron ante el papa y declararon haberse unido por «el dolor y el sufrimiento» que experimentaron, lo que hizo que todos los asistentes del anfiteatro se pusieran en pie y aplaudieran, también el propio papa a pesar de sus problemas de movilidad.
Francisco después abrazó a ambos: «Creo que ante al sufrimiento de estos dos hermanos, que es el sufrimiento de dos pueblos, no se puede decir nada. Ellos han tenido la valentía de abrazarse y esto no solo es valentía, sino ejemplo de querer la paz, es un proyecto de futuro, abrazarse», celebró.
El papa pidió entonces a los asistentes guardar silencio y rezar por la paz, especialmente por los niños y los ancianos, no solo de Tierra Santa sino también de Ucrania.
«Pensemos en los ancianos que trabajaron toda la vida para sacar adelante estos dos países y ahora esta derrota, una derrota histórica y de todos nosotros. Recemos por la paz y que estos dos hermanos lleven este deseo nuestro y la voluntad de trabajar por la paz a sus pueblos», dijo.
El papa llamó a los asistentes a «sembrar esperanza» y dijo «estar cada vez más convencido de que el futuro de la humanidad no solo está en manos de los líderes y de las grandes potencias sino también en las manos de los pueblos y en su capacidad de organizarse» y «cambiar».
Asimismo Francisco dijo que se respira «cansancio en el aire» de las sociedades y advirtió que «la paz no se inventa de un día para el otro, sino que debe ser cuidada». Por eso, tachó de «delito grave» que en el mundo actual no se cuide la paz.