El presidente Gustavo Petro afirmó este jueves en Medellín, en el marco del aumento de la transferencia de Colombia Mayor de $80 mil a $230 mil mensuales, que si la reforma pensional es aprobada en los próximos días por el Congreso de la República en su último debate, entre $8 y $10 billones de pesos que van para Colpensiones anualmente se destinarán a pagarles a más de 3 millones de ancianos y ancianas una renta pensional, ya no desde los 80 años de edad, sino desde los 75 años, incluso desde los 70.
“Esta es una deuda que estoy pagando parcialmente, no es un regalo, como ciertos sectores pudientes de la sociedad colombiana llaman a este tipo de transferencias que se entregan a personas que han trabajado toda su vida en el hogar, como muchas mujeres criando los hijos, acabando literalmente su vida física para que otros puedan vivirla mejor, madres”, afirmó el jefe de Estado.
Agregó en este sentido que estos mayores de 80 años, en su mayoría madres, merecen que su trabajo sea reconocido, no solo emotiva y socialmente, sino en términos económicos en las cuentas nacionales de la nación: “¿Por qué un trabajo en una fábrica es reconocido como tal y un trabajo en un hogar no, donde todos los días, a todas horas, prácticamente desde las madrugadas hasta muy tarde, no es tenido en cuenta en nuestras propias cuentas nacionales? ¿Acaso porque es un trabajo de la mujer tiene que ser invisibilizado, sin salario?”.
Así mismo, aseveró el mandatario que con la renta pensional el Gobierno quiere entregarles a los viejos y viejas cafeteras que hoy subsisten sin ninguna pensión, “a pesar de que entregaban miles de millones de dólares para sostener el Estado y su economía, nunca tuvieron derecho a una pensión”. Y aclaró que “no se trata de un regalo” sino que es un esfuerzo para “esos más de tres millones de abuelos y abuelas que hoy no tienen ninguna pensión”.
Comentó en este punto que a estos colombianos “los vemos en los parques todos los días, en los espacios públicos, en los parques y en los sistemas de transporte o que aún tienen un puesto de ventas en la calle, bajo el sol o bajo las lluvias o en el frío, o en el inmenso calor, cuando ya debería estar descansando, porque ha trabajado toda su vida y porque su trabajo ha ayudado a construir esta nación Colombia”.
Por ello, dijo Petro que es necesario que el conjunto del trabajo, en lugar de volverse un mercado financiero, se vuelva un instrumento de solidaridad humana “de tal manera que con esos mismos recursos se pague a los actuales pensionados y paguen también con los recursos del presupuesto de Colombia a cerca de 3 millones de ancianos”.
Y concluyó que estos ciudadanos vulnerables “no son un estorbo, porque son parte de la fuerza productiva de la familia y, como tal, tienen que ser valorados hasta el final, en medio del afecto, en medio del amor».