Israel anunció que atacó este lunes más de 300 objetivos del movimiento islamista Hezbolá en Líbano, con bombardeos que dejaron al menos 180 muertos y más de 700 heridos, pese a los llamados de la comunidad internacional a la moderación.
“Los ataques israelíes en las localidades y pueblos del sur han causado, según un último balance, 100 muertos y más de 400 heridos, incluyendo niños, mujeres y socorristas”, indicó inicialmente el ministerio de Salud libanés en un comunicado.
Sin embargo, en el transcurso de la mañana, las cifras de heridos y de muertos han aumentado considerablemente, pues se han registrado más de 180 muertos y 700 heridos. Hezbolá anunció que lanzó en respuesta cohetes contra tres objetivos en el norte de Israel.
La oleada de ataques efectuados desde el amanecer del lunes por el ejército israelí contra objetivos del movimiento proiraní en el sur y el este de Líbano es la mayor desde el inicio de la guerra.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, denunció un “plan de destrucción” llevado a cabo por Israel contra su país, y llamó a la ONU y a los “países influyentes” a “disuadir” al gobierno israelí de esta “agresión”. La agencia de noticias oficial libanesa ANI reportó “más de 80 bombardeos en media hora”.
En medio de la escalada violenta, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) interfirieron las emisoras en El Líbano con un mensaje de advertencia para la población civil. En el mensaje, que tomó por sorpresa y causó impacto entre los ciudadanos, las FDI piden a la población que se aleje de los sitios donde Hezbolá almacena armas, ante un eventual ataque en la zona.