La Fundación Pelé, que no aclaró la causa de la muerte, lamentó la partida de Arantes, conocida como Celestinha, a quien alabó como «madre modelo» y por haber enseñado «los valores humanos» a su hijo.
«Le estaremos eternamente agradecidos por haber existido», señaló la asociación del ícono del fútbol brasileño en redes sociales.
El Santos, el club con el que Pelé tocó la cima del deporte, se unió a las condolencias y decretó luto oficial de tres días, con la bandera a media asta.
«Fueron 101 años de una historia de vida inspiradora, de una mujer negra que enfrentó infinitas adversidades por el bien de la familia», escribió el equipo.
Cuando Pelé murió a los 82 años, el cortejo fúnebre pasó enfrente de la casa de Arantes en Santos en señal de respeto, porque esta se encontraba demasiado debilitada para asistir al funeral.
Arantes, originaria de Tres Corações, un pueblo del interior del estado de Minas Gerais en el que también nació Pelé, siguió los pasos del hijo en su fulgurante carrera deportiva y acabó por establecerse en Santos.