En los municipios de Segovia y Remedios, Nordeste antioqueño, la ola de violencia que se ha desatado en las últimas semanas ha llevado a las administraciones municipales a tomar medidas al respecto. En la última semana, se han registrado múltiples homicidios, en su mayoría concentrados en zonas urbanas.
La situación ha alcanzado niveles críticos, especialmente en Segovia, donde diez personas han sido asesinadas en los últimos días. El caso más reciente es el de Santiago Alberto Orrego, de 24 años, quien fue víctima de un ataque sicarial en el sector de Los Pomos.
Ante esta situación, las autoridades han decretado un toque de queda para menores de edad que regirá todos los días entre las 10:00 p.m. y las 5:00 a.m.
Además, se ha prohibido la circulación de parrillero hombre en el mismo horario, con el objetivo de reducir los índices de criminalidad que tienen azotado al municipio.
La violencia en esta subregión de Antioquia está estrechamente ligada a la disputa por el control de las 120 minas de oro, una riqueza que ha atraído a seis actores criminales que luchan por dominar el territorio.
Esta pugna, que se ha intensificado en el último año y medio, ha provocado un aumento de más del 70% en los homicidios, así como desplazamientos forzados y confinamientos en las áreas más afectadas por la explotación minera.
En un comunicado oficial, la Alcaldía de Segovia indicó que, tras un consejo de seguridad encabezado por altos mandos del departamento, se solicitó un incremento en el pie de fuerza, que se espera llegue en los próximos días. Las autoridades hicieron un llamado a la comunidad para que acaten las medidas adoptadas.
